Prometí no querer a nadie más, ni prescindir tanto de alguien para seguir adelante con mi vida, al igual que también pensé que nunca más debería quebrarme la cabeza por alguien lo mereciese o no.
Me prometí a mí misma que si volvía a empezar de nuevo, haría lo posible porque nada me afectara, dejándome llevar y recibiendo pero sin dar nada a cambio. Es lo que creía conveniente, ya que sufrí más de lo que nunca pensé que sufriría.. No quería volver a ser como antes, no quería volver a pasarlo mal.. Pero me equivoqué. Intenté hacerme fuerte y dejar atrás a aquella niña débil e insegura que regalaba sonrisas y sentimientos a la que creía ser la persona más especial de su vida, aunque finalmente no lo fuese.
Pero llegaste tú, justo cuando empezaba a creérmelo, cuando necesitaba ser inmune a todo, y sin embargo, cuando más lo necesitaba aunque yo no era consciente de ello.
Y me enseñaste que la vida no se podía planear tal y como lo estaba haciendo yo...que eso solo era un acto de cobardía por mi parte.
Me explicaste cual era el significado para ti de la felicidad,del amor,de todo aquello que engloba la vida.. Tal vez al principio no comprendiera nada y tampoco me gustaban algunas de tus raras actuaciones, y en cambio me enseñaste a ser feliz. Me quitaste aquella horrorosa venda que tenía en los ojos y no sabes cuanto te lo agradezco, ya que cada día que me levanto tengo una razón nueva para darte las gracias. Gracias por hacerme tan feliz.
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